ENTRENANDO A NIÑOS por Jaume Sabaté
El deporte le proporciona al niño la oportunidad de poder experimentar y conocer mejor sus capacidades no sólo físicas y coordinativas, sino también cognitivas, emocionales y sociales, por lo que el entrenador en esta etapa se convierte en una figura de vital relevancia ya que juega un papel fundamental en el desarrollo y la formación del niño no sólo como deportista, sino también como persona.
Su función es principalmente la de educar y formar. No sólo importa enseñarle al niño el deporte que practique, sino también acompañarle en su desarrollo personal. Ayudarle a resolver situaciones de conflicto con el compañero que mejoren la convivencia dentro del equipo, ser un ejemplo de autocontrol y enseñarle como manejar la frustración cuando las cosas no salen como uno quiere o espera y transmitir valores que le hagan crecer en lo personal dentro de un colectivo, son algunas de las funciones importantes que el entrenador tiene en esta etapa.
No nos olvidamos de la importancia del resultado, ganar es importante, pero saber ganar y saber perder lo es más aun. Saber cuáles son aquellos valores que el entrenador está transmitiendo y preguntarse si están ayudando al niño y al equipo a crecer y a desarrollarse no únicamente en lo deportivo, sino también en lo personal, es una pregunta obligada que debería hacerse el entrenador.
El respeto, el esfuerzo, la solidaridad, el afán de superación, la generosidad, el agradecimiento y el compañerismo son algunos de los valores que deberían estar presentes en cada entrenamiento ya que favorecen el desarrollo personal y generan un buen ambiente de trabajo y de convivencia, y como consecuencia de ello, un aumento en el rendimiento del equipo.
El éxito del entrenador queda en la memoria y en el comportamiento del que fue niño y no en los resultados obtenidos, por mucha importancia que le queramos dar a estos últimos.
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